jueves, 9 de diciembre de 2010

THE END

Nos encontramos en el Aeropuerto Inernacional de Bangkok, donde en menos de una hora embarcaremos rumbo a Madrid. Se nos ha acabado esta aventura, los meses han pasado rapido, pero nos vamos satisfechos y habiendo aprovechado el tiempo. Queremos dar las gracias a familiares, amigos y a todos los que han seguido el blog durante estos cuatro meses (mas de 4.000 visitas) y esperamos que os haya entretenido y que os haya picado el gusanillo para que alguna vez os lanceis a vivir una experiencia como esta, así como para que sirva de ayuda a otros viajeros. A falta de publicar los datos practicos del viaje para que os hagais una idea de presupuestos, destinos y las conclusiones que hemos sacado, solo queremos deciros que en unas horas nos vemos en casa. Un abrazo enorme a todos y mil gracias!!!!

miércoles, 8 de diciembre de 2010

APRENDIENDO COCINA TAILANDESA EN CHIANG MAI


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Chiang Mai, en el norte de Tailandia es conocida por dos razones. La primera y fundamental por ser la base de la mayoría de los trekking que se hacen en esta parte del país, y la segunda por ser una ciudad que los tailandeses toman como seña de identidad, por lo que es perfecta para hacer cursos de meditación, masaje, cocina o incluso thai boxing. Como a nosotros lo de repartir ostias ni nos va ni se nos daría muy bien, elegimos hacer algo que nos encanta, cocinar.




Llegamos a la ciudad el día del cumpleaños del rey, figura sagradísima en Tailandia y considerado como un padre por el pueblo, que le tiene un afecto tremendo. Hubo fuego artificiales, espectáculos de torres humanas y comida gratis en el centro de la ciudad, lo que hizo que pasáramos una noche muy entretenida.






También los monjes piden por el alma del rey, y alrededor de su foto se encienden velas por todos los templos del país.



Poco mas hicimos en Chiang Mai aparte de pasear tranquilamente y hacer el curso de cocina. La gastronomía asiática nos ha encantado, desde los curris malayos, pasando por el nasi goreng indonesio, los guisos de Camboya, la sopa de noddles de Laos (joder que rica!) y el Pad Thai o el Tom Yam tailandes. Quizá el momento que mas echamos en falta la comida española fue en el final de nuestra etapa en Indonesia, ya que es en el país que menos variedad hemos encontrado (aunque los mejores arroces los comimos allí), sobre todo en la carne, ya que prácticamente solo comen pollo, pero quitando ese momento os aseguro que hemos comido de maravilla y que si bien siempre echas de menos el queso, el jamón o un poquito de aceite de oliva, hemos probado un montón de sabores, de especias y de vegetales que nos han encantado.








En la cocina tailandesa se usa mucho el cilantro, la lima, el ginger o el tamarindo, asi como las pastas de curri verde y rojo y la leche de coco, que combinados con otras especias o salsas de ostras o soja y el omnipresente chili, dan lugar a una gran variedad gastronómica. Quizá lo único que les falte es comer legumbres, desaparecidas casi por completo en estos países, pero por lo demás en cada plato comes de todo y es una cocina con muy pocas grasas.





En cuanto a bebidas, té no hemos tomado mucho porque no nos apasiona y menos con tanto calor, pero hemos tomado muy buenos cafés en Java o Laos, eso si siempre vertidos directamente sobre el agua o como mucho con un colador, y también nos gustaron mucho los batidos y zumos de frutas tropicales.

Mención especial para la cerveza asiática, ya que todas las que hemos probado estaban buenísimas, desde la Tiger malaya, la Bintang indonesia, Angkor camboyana, las Chang y Shinga (sigue siendo mi favorita) tailandesas y la buenísima Beerlao.



Y poco mas nos queda por contaros de nuestra aventura, ya desde Bangkok, donde mañana cogemos el vuelo de regreso a Madrid y donde ya solo nos queda esperar y pasar un par de días con Ander e Inma, unos amigos de Aitzi que andan por aquí. Nos vemos ya mismo.

lunes, 6 de diciembre de 2010

KHAWP JAI LAI LAI LAO!!!!!

Oh Laos! Como te vamos a echar de menos, sin duda el país que mas nos ha gustado de todo el viaje, y la verdad que no podíamos haber terminado mejor nuestra estancia allí.

Como ultimo destino elegimos la aldea de Muang Ngoi Neua. Para llegar hasta allí cogimos un autobús desde Luang Prabang a Nong Khiaw, lugar en el que pasamos también una noche a la vuelta y que está situado en un enclave impresionante, y luego un bote remontado el río Nam Ou durante una hora.





El lugar te enamora desde el momento en que llegas. Se trata de una aldea a la que solo se accede a través del rio, sin coches, ni motos, ni nada que perturbe una tranquilidad arrebatadora. Tampoco hay luz, mas que la producida por un generador en un riachulo, de seis a nueve y media de la noche. Es uno de esos sitios que es impensable que existan en nuestro mundo occidental.




Desde nuestro bungalow teníamos unas vistas preciosas del rio y las montañas y caminar por la calle principal viendo los quehaceres diarios de unos lugareños encantados de tenerte con ellos es una pasada. 







Cada mañana además la aldea se levantaba cubierta por la niebla, y era espectacular ir viendo como al levantarse iba mostrando las increíbles montañas que nos rodeaban.





Entre las tareas habituales en la aldea están la pesca, carpintería, agricultura o la recogida de algas del río, que tras apelmazarlas y apalearlas, son puestas al sol con sésamo para que se forme una pasta que se utiliza para comer en toda la provincia de Luang Prabang.





Durante los días que pasamos en Muang Ngoi nos dedicamos a hacer senderismo, recorriendo los arrozales, secos en esta época del año, y pastados por búfalos y bueyes, los diversos riachuelos que bajan de los escarpados picos calizos, descubriendo cuevas y visitando minúsculas aldeas donde sus habitantes nos recibieron con los brazos abiertos y nos contaron su día a día, confirmando todas las diferencias que existen con nuestra sociedad.









Hay quien dirá que en las aldeas están en la miseria, que no poseen comodidades, que existen deficiencias medicas, etc, pero lo cierto es que después de hablar con ellos, de observar como ocupan su tiempo en las verdaderas actividades fundamentales de su día a día, la enorme autosuficiencia alimenticia que poseen estas pequeñas comunidades, y la sonrisas de oreja a oreja que exhiben sus niños y mayores, a mi al menos me pone en duda de cual es la verdadera miseria, si es saber vivir con casi nada, o necesitar de miles de bienes, muchos impuestos por la sociedad y otros por el estatus que proporcionan, para ser feliz, sin muchas veces conseguirlo. Quizá yo sea el primero que no podría asumir ese estilo de vida después de vivir en Europa, pero no puedo ocultar mi mas enorme envidia y admiración por este pueblo, que convive con la naturaleza en un país tremendamente virgen y absolutamente espectacular, en el que la inmensa mayoría de su gente esta conforme con lo que tiene, con su gobierno, con no vender su vida por un salario tal como lo hacemos en occidente, y que exhibe con orgullo en cada una de las casas, casi sin excepción, la bandera de su país, del cual están encantados que sea como es.





Ahora nos encontramos en Chiang Mai, en Tailandia, pasando los últimos días antes de regresar a España este fin de semana. Por todo lo que hemos aprendido, por el calor de su gente, por las experiencias que nos llevamos de aquí.. GRACIAS LAOS!! KHAWP JAI LAI LAI !!

sábado, 4 de diciembre de 2010

LUANG PRABANG, LA HERENCIA FRANCESA DE LAOS


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Luang Prabang es sin lugar a dudas la ciudad mas bonita de Laos, lo que la convierte desgraciadamente en la mas turística y la mas cara del país. Declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, la ciudad presenta una mezcla de arquitectura francesa y templos budistas de mas de 500 años, todo enmarcado en un entorno natural impresionante, rodeado de ríos y montañas allá donde te alcanza la vista.





La ciudad es visitable en un solo día a pie, ya que es bastante pequeñita, y si bien es un lugar agradable, donde beber unas cervezas en el río, pasear entre sus bonitas casas, etc., a nosotros lo de ir esquivando hordas de turistas no nos gusta nada, cada vez menos, y en Laos nos habíamos acostumbrado a tener las cosas casi para nosotros solos. Luang Prabang está, al menos en esta época del año, hasta arriba de excursiones de turistas franceses, y se nota en los precios y en el ambiente.





Uno de los lugares que mas nos gustó era un callejón cerca del mercado nocturno donde se reunía la mayor parte de mochileros a cenar y conversar cada noche, con barbacoa y buffet de pastas muy baratas y donde conocimos a algunos españoles con los que compartir las cortas veladas, ya que la ciudad muere sobre las 10 de la noche. Otra cosa muy interesante es el mercado nocturno, el mas artesanal y bonito de los que hemos visto en Asia, y no es nada caro. Además el dinero que puedes gastar aquí revierte directamente en los artesanos locales, lo cual nos animó a comprar algunos recuerdos.





El lugar que mas nos gustó fueron las cascadas de Tat Kuang Si, a unos 30 km de la ciudad, donde las paradisíacas piscinas formadas en la roca caliza, y un agua color turquesa impresionante son irresistibles para pegarse un baño. En los alrededores además hay un centro de rehabilitación de osos donde pudimos verlos jugar y trepar por los árboles. Es increíble la agilidad que tienen con lo que deben pesar.







Para terminar, no nos podíamos marchar de “la tierra del millón de elefantes” sin pasar un día con estos increíbles animales, asíque nos apuntamos a un curso de “mahout” o adiestrador de elefantes. Nos enseñaron las ordenes básicas para montar sobre ellos, dirigirlos o hacer que se sentaran o pusieran la pata para subirte encima. También nos bañamos con ellos y pasamos un día estupendo que terminamos haciendo tubing rio abajo para relajarnos durante la tarde.






Después nos dirigimos a las aldeas de Nong Kiaw y Muang Ngoi Neua, al norte de Luang Prabang, a pasar nuestro últimos días en Laos en el entorno rural que tanto nos ha cautivado, alejados del turismo en masa y rodeados de gente humilde y naturaleza virgen.