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Luang Prabang es sin lugar a dudas la ciudad mas bonita de Laos, lo que la convierte desgraciadamente en la mas turística y la mas cara del país. Declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, la ciudad presenta una mezcla de arquitectura francesa y templos budistas de mas de 500 años, todo enmarcado en un entorno natural impresionante, rodeado de ríos y montañas allá donde te alcanza la vista.
La ciudad es visitable en un solo día a pie, ya que es bastante pequeñita, y si bien es un lugar agradable, donde beber unas cervezas en el río, pasear entre sus bonitas casas, etc., a nosotros lo de ir esquivando hordas de turistas no nos gusta nada, cada vez menos, y en Laos nos habíamos acostumbrado a tener las cosas casi para nosotros solos. Luang Prabang está, al menos en esta época del año, hasta arriba de excursiones de turistas franceses, y se nota en los precios y en el ambiente.
Uno de los lugares que mas nos gustó era un callejón cerca del mercado nocturno donde se reunía la mayor parte de mochileros a cenar y conversar cada noche, con barbacoa y buffet de pastas muy baratas y donde conocimos a algunos españoles con los que compartir las cortas veladas, ya que la ciudad muere sobre las 10 de la noche. Otra cosa muy interesante es el mercado nocturno, el mas artesanal y bonito de los que hemos visto en Asia, y no es nada caro. Además el dinero que puedes gastar aquí revierte directamente en los artesanos locales, lo cual nos animó a comprar algunos recuerdos.
El lugar que mas nos gustó fueron las cascadas de Tat Kuang Si, a unos 30 km de la ciudad, donde las paradisíacas piscinas formadas en la roca caliza, y un agua color turquesa impresionante son irresistibles para pegarse un baño. En los alrededores además hay un centro de rehabilitación de osos donde pudimos verlos jugar y trepar por los árboles. Es increíble la agilidad que tienen con lo que deben pesar.
Para terminar, no nos podíamos marchar de “la tierra del millón de elefantes” sin pasar un día con estos increíbles animales, asíque nos apuntamos a un curso de “mahout” o adiestrador de elefantes. Nos enseñaron las ordenes básicas para montar sobre ellos, dirigirlos o hacer que se sentaran o pusieran la pata para subirte encima. También nos bañamos con ellos y pasamos un día estupendo que terminamos haciendo tubing rio abajo para relajarnos durante la tarde.
Después nos dirigimos a las aldeas de Nong Kiaw y Muang Ngoi Neua, al norte de Luang Prabang, a pasar nuestro últimos días en Laos en el entorno rural que tanto nos ha cautivado, alejados del turismo en masa y rodeados de gente humilde y naturaleza virgen.
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