SINGAPUR, EL PARAISO DEL SHOPPING

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Singapur se hizo grande gracias al comercio y su estratégica posición en el sudeste asiático, y hoy día sigue siendo la principal actividad de esta ciudad-estado cuyos habitantes tienen por deporte nacional el ir de compras.

Jamás en nuestra vida habíamos visto tantísimos centros comerciales, casi a dos en cada esquina. Enormes edificios dedicados a las grandes firmas y muchos de ellos en su totalidad a la electrónica y la informática, como el enorme Sim Lim Square. Los artilugios electrónicos de última generación hacen furor aquí y no hay mas que pasearse por sus calles o montar en el metro para comprobarlo. No hay persona en esta ciudad sin su iphone, psp o portátil, por no hablar de las cámaras de fotos, debíamos ser los únicos que no tenían una réflex. Precisamente aprovechamos nuestra estancia para comprar una cámara nueva, que falta nos hacía. Los precios hay que regatearlos pero no bajan mas de lo que puedan costar en España, por lo que a menos que sea necesario, como en nuestro caso, no recomendamos mucho adquirir productos electrónicos aquí.

Pero si el ir de compras es la actividad principal y la diversión preferida en Singapur, no se queda atrás su pasión por la comida barata. Otros enormes edificios repletos de puestos de comida de todo tipo a precios muy económicos están esparcidos por toda la ciudad, y que bien que nos vinieron, ya que el resto de las cosas son bastante mas caras que en el resto de países de Indochina. Incluso decidimos por primera vez en el viaje compartir habitación para que nuestra estancia nos saliera lo mas económica posible.

Fuera de los centros comerciales Singapur es una ciudad fascinante, con una arquitectura colonial que recuerda muchísimo a Londres, y con rascacielos y edificios ultramodernos increíbles, como las torres del puerto deportivo, con un ático que las une en forma de barco. Little India es un mundo aparte enfrascado en sus casas de colores y Chinatown, como no, es un enorme y bullicioso mercadillo, también dispuesto en casas coloniales muy coloridas.

Además Singapur es una ciudad muy abierta, donde puedes charlar fácilmente con la gente y donde te pueden ocurrir cosas como ponerte a hablar con un inglés de descendencia birmana, que al decirle que tienes pensado viajar a Myanmar en próximas fechas te presente a su hermana, famosa presentadora de la televisión de este país, y que esta te de su tarjeta de contacto y te pida que la llames cuando vayas sin compromiso alguno. Bueno ahí, tenemos el número y cuando subamos a Myanmar quién sabe si la llamaremos. Puede darnos un poco de palo, pero la experiencia puede ser muy buena.