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Hay quién dice que para conocer un país es fundamental conocer su capital, pero con la globalización esta premisa ha dejado de ser verdad, ya que las grandes capitales tienden a ser todas iguales, con sus macdonalds, zara, h&m, etc., pero eso aún no ha llegado a Laos.
Vientiane refleja absolutamente el espíritu de vida laosiano, una ciudad que parece un pueblo grande, tranquilísima, que parece dormida, con poco tráfico, poca gente por la calle (algo extremadamente raro en Asia), sin franquicias, sin edificios de oficinas, ¡sin coca cola!…es la capital de un país socialista de verdad,, donde la gente vive con poco y sin necesidad de tener mas dentro de un ambiente rural y prácticamente virgen, y donde se vive muy muy tranquilo, quizá desesperadamente tranquilo para los que venimos de fuera, pero lo que ha hecho que este país se haya convertido en nuestro favorito del sudeste asiático.
Llegamos a Vientiane en luna llena, coincidiendo con el último día de celebración del festival Bun Pha That Luang, así que dejamos las mochilas y nos fuimos para allá. Es una fiesta dentro de un marco religioso donde laosianos llegados de diferentes puntos del país, hacen ofrendas a Buddah en la estupa mas importante de Laos, que da también el nombre al festival. Sin embargo de religioso tiene poco y el festival es una feria igual que las que vemos en España, con tómbolas, atracciones, conciertos y por supuesto un gigantesco mercadillo, como no.
La ciudad en si no tiene mucho que ver y casi nada mas que hacer aparte de pasear por sus calles contemplando sus destartalados edificios coloniales franceses y templos budistas o tomar algo en sus cafeterías o en los puestos a orillas del río.
Lo que si nos gustó fue el Xieng Khuang o Buddha Park, situado unos 25 km al sur de la capital. Se trata de la obra de un excéntrico escultor, Bunleua Sulilat, que ha mezclado a su antojo representaciones de Buddha y otros iconos Hindúes como Shiva o Vishnu. El parque es pequeñito pero bastante curioso y merece la pena una visita, mas todavía viendo lo poco que se puede hacer en la capital.
Con esto ponemos fin a nuestro recorrido por el sur del país y nos dirigimos al norte a pasar un par de semanas mas hasta que se nos acabe el visado el día 5 de diciembre, cuando volveremos a Tailandia para poner rumbo a Bangkok, donde el 10 de diciembre cogeremos nuestro vuelo de regreso a Madrid, Un abrazo a todos.
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