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Fue pisar Yogyakarta y enamorarnos de ella. Si en las ciudades grandes hasta ahora pasábamos dos o tres noches, aquí hemos estado una semana entera. Sus calles siempre abarrotadas, a reventar, día y noche, una ciudad con un pulso tremendo, caótica: motocicletas, bicis, carretas de caballo y todo tipo de transporte que puedas imaginar, gente de todo tipo, desde las mas tradicionales con sus velos y sus estampados batik, hasta jóvenes modernos, edificios tradicionales atiborrados de graffiti que le dan a la ciudad un cierto aire underground. A todo aquel que le guste Asia debería venir a esta ciudad, porque Yogya representa el mas puro significado de este continente, porque su gente es verdadera y está encantada de tenerte con ellos, porque tiene una herencia cultural incomparable y sobre todo porque es la ciudad mas oriental que hemos pisado hasta ahora en el sudeste asiático.
La zona de Sosrowijayan encierra la zona mochilera de la ciudad y consta de un autentico laberinto de callejones que conectan entre si y que casi necesitas de un mapa para internarte en ellos. Es la zona donde puedes encontrarte con mas occidentales y donde nosotros nos hemos establecido en una casa de huéspedes de tan solo cuatro habitaciones y con un ambiente familiar encantador. Basta decir que el día de nuestra llegada, la anciana, que se encarga junto a su familia del hostel, me saco pastas, dulces típicos y un vaso de agua mientras rellenaba los papeles de entrada al alojamiento. Estamos encantados de nuestra estancia en La Javanise.
Lo que mas nos ha llamado la atención de la ciudad son los callejones que salen a ambos lados de la siempre bulliciosa Jl. Maliboro, que alberga, como no, un enorme mercadillo donde comprar artesanía y batik baratos orientada a los turistas. Sin embargo cuando paseas por las estrechas calles de los laterales de la avenida todo cambia y puedes encontrar tenderetes de lo mas curiosos, con gente que siempre te saluda, sonríe, y en muchas ocasiones pide fotografiarse contigo, o incluso que les firmes un autógrafo!!. Entrar en el mercado central que consta de varios pabellones es todo un espectáculo, puedes encontrarte una mujer subida entre alpacas de tabaco junto a un tenderete que vende tubos de escape de segunda mano para motocicletas, telas de miles de estampados y gente que cuando te ve allí dentro no puede mas que abrir la boca y mirarte como si fueras un extraterrestre.
La ciudad en si no tiene monumentos destacables, ya que el Kraton, o palacio del sultán tampoco es nada del otro mundo pero sin embargo en sus alrededores tienes algunos de los mejores templos del mundo, así como el volcán Merapi, el mas activo de Indonesia.
BOROBUDUR
A unos 40 km de Yogya se encuentra el templo budista mas grande del mundo, Borobudur, en un enclave privilegiado al pie del volcán y rodeado de montañas y jungla. Decidimos visitarlo uno de los primeros días, y como no, lo hicimos en transporte público una vez mas.
-“Perdone, pero el chico de la tienda me ha dicho que no pasan mas autobuses hoy hacia la terminal de Jombor, si quieren podríamos compartir un taxi hasta allí. ¿van a Borobudur? Nosotros también.”
Nos parecieron de fiar. Se trataba de una pareja de javaneses que rondaban los 60 años y nosotros llevábamos mas de 40 minutos esperando al bus nº 5 al sol, asíque nos montamos con ellos y fuimos a Jombor sabiendo que junto a ellos el taxista no tendría mas remedio que poner el taxímetro. Muy amablemente nos indicaron cual era el autobús que iba a Borobudur y nos sentamos junto a ellos. Venían de Bandung un par de días solo para ver el templo y enseguida comenzamos a charlar.
-“Este autobús no es muy confortable, podían haber cogido uno mejor, hacen tours desde la zona de Sosrowijayan para turistas”
- “No nos gustan los tours, preferimos estar aquí charlando con ustedes y pasando calor, que rodeados de americanos y australianos, nosotros hemos venido a conocer Indonesia y su gente, y eso se consigue mejor así”.
Entusiasmado con nosotros el hombre no paraba de contarnos cosas, de la historia de Indonesia y de su forma de vida y de lo duro que era trabajar 13 horas al día para ganar alrededor de 140 dólares mensuales y de cómo esto causaba que hubiese tanto buscavidas.
Finalmente decidimos pasar todo el día juntos y la verdad que fueron encantadores, además de unos perfectos guías que nos explicaron con todo detalle la historia de los templos. Se vieron decepcionados al comprobar como los extranjeros pasábamos por una taquilla diferente donde nos cobraron casi 10 veces mas que a ellos. La diferencia era demasiado grande.
Borobudur consta de varias plataformas que forman una pirámide escalonada con cuatro escaleras orientadas a los puntos cardinales y que dividen el templo en partes perfectamente simétricas. En el terremoto de 2006 el templo sufrió grandes desperfectos y se pueden ver al lado del mismo las piezas “que les sobraron”. También es curioso observar como a muchos budas les falta la cabeza, según nuestros amigos debido a que hay gente que entra por las noches al templo y se las lleva para luego venderlas en el mercado negro por cantidades que para ellos suponen mas de un año de alimentar a su familia.
Tras pasar una agradable mañana comimos con la amable pareja y nos marchamos juntos a Yogya de nuevo. Desde aquí mandamos un saludo y nuestro mas sincero agradecimiento a esta pareja tan maravillosa.
PRAMBANAN
A 17 Km del centro, en la carretera de Solo, se encuentra el conjunto de templos hinduistas mas grande del sudeste asiático, Prambanan, que se vio muy afectado por el terremoto de 2006 y actualmente te encuentra en estado de rehabilitación. Los templos principales de Siva y Ganesh ya se encuentran rehabilitados y son realmente majestuosos, llegando a los 46 m de altura.
Sin embargo otro conjunto de templos algo mas pequeño nos pareció mucho mas mágico. Apenas recibía la visita de los turistas y todavía no se había iniciado su rehabilitación. Pero al menos a nosotros ese estado de ruinas nos encantó, le daba un toque mucho mas real. Además el lugar era precioso.
Y con esto ponemos punto y final a una semana entera en Yogyakarta y ponemos rumbo a nuestro siguiente destino, Pandangaran y Bathu Karas. Esperamos que Java siga fascinándonos tanto como ha ello hasta ahora. De momento solo podemos decir WE LOVE YOGYA!!!
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