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Llegamos a Thakek el día de mi cumpleaños después de nueve horas de autobús, reventados y con la idea de cenar tranquilamente e irnos a dormir, pero durante la cena apareció un vietnamita llamado Mr Juhm o algo parecido, y comenzó a retarnos a beber cervezas. Las bebía con dos hielos y un chorro de coca cola y llevaba un pedo de escándalo. Al final se unieron a nuestra mesa cuatro chavales franceses y acabamos, como no, cerrando el garito. Cuando llegamos al hotel escuchábamos a todo volumen la música del karaoke situado justo al lado, asíque, nos unimos a la fiesta hasta que también lo cerramos y al final nos acostamos a las tantas después de una noche muy divertida.
Thakek es una ciudad que no tiene mucho que ver pero que es muy agradable, situada a orillas del Mekong, que hace de frontera natural con Tailandia, y fue el punto de partida de nuestra siguiente ruta en moto después de la buena experiencia que tuvimos en Bolaven.
The Loop es una ruta que recorre la provincia de Khammouane y que tiene como mayor atractivo recorrer los fantásticos paisajes karsticos y las grutas que durante miles de años ha ido formando el agua. Esta vez alquilamos dos motos chinas, y joder como nos arrepentimos. Ni punto de comparación con las Honda Wave de Bolaven, con menos estabilidad, nos falló la batería y nos dieron muchísimos problemas.
Comenzamos nuestra aventura atravesando la ruta 12 hacia el este. Durante los primeros 30 km visitamos varias cuevas y un lago donde conocimos a dos chavales, un alemán y otro uruguayo que se convirtieron en nuestro compañeros de etapa. Hubo cuevas que nos parecieron muy normalitas y otras fantásticas, incluso en una de ellas, en las que corría agua, pudimos bañarnos dentro de la gruta a nuestro aire, y os aseguro que fue una sensación fantástica.
Tras la visita a las cuevas nos fuimos a comer a la curiosa aldea de Mahaxai, donde causamos bastante revuelo cuando aparecimos, pues todo el mundo quería ver a los “falangs”. Comimos en un autentico restaurante lao, con las manos, unas riquísimas costillas con arroz y verdura.
Hasta aquí fue lo divertido del día y luego comenzó la aventura. Nos dirigimos hacia el norte por la ruta 8B con intención de llegar a Nakai antes de que anocheciera para pernoctar allí, pero al llegar nos indicaron mal y acabamos pasándonos la ciudad. Se nos hizo de noche justo cuando comenzó la carretera mala, sin asfaltar, con unos baches que ocupaban media calzada y llena de piedras. Llegamos a una aldea pensando que era Nakai y nos informaron que allí no había ningún guesthouse y que debíamos continuar hasta Thalang, otros 20 km. Ahí empezó nuestro sufrimiento ya que 20 km por esa carretera de noche se hacen larguísimos y mas cuando la batería de mi moto se termino y me quede sin luces, solo alumbrados por la moto de Aitzi y con miles, o creo que millones de mosquitos que se nos metían en los ojos, boca, etc y que nos lo hicieron aun mas difícil. Tardamos mas de una hora en llegar al guesthouse, justo cuando a Aitzi se le termino la batería también. ¡Malditas motos chinas! Unos kilómetros mas y hubiésemos acabado nuestra etapa andando. Allí también conocimos a Estefan, otro chico francés (y es que Francia entera debe estar en Laos ahora mismo, creo que sería un momento perfecto para invadirles) con el que volveríamos a cruzar nuestro camino en Vientiane.
Comenzamos la segunda etapa recorriendo los 56 km restantes de la horrible ruta 8B hasta llegar a Lak Sao, en lo cual empleamos al menos dos horas y media. Los paisajes inundados del principio de la etapa eran preciosos, pero pronto nuestro culo empezó a sufrir una de las peores carreteras que hemos visto jamás. Desde Lak Sao nos encaminamos hacia el oeste hasta llegar a Khoun Kham en el que probablemente sea el tramo mas entretenido de conducir, con unos paisajes preciosos y un montón de curvas.
Nos detuvimos en Tha Bak para contemplar los curiosos barcos que los lugareños se han fabricado con las carcasas de los misiles con los que los bombardearon en la guerra para navegar por el río, y un rato después estábamos bebiéndonos una Beerlao bien fría acompañando un bistec con patatas en Khuon Kham.
El tercer día hicimos los 40 km que nos separaban de la asombrosa cueva de Kong Lo, una gruta que atraviesa una montaña durante nada menos que 7km y que se puede recorrer en barco. Las cavernas creadas por el agua a su paso son gigantescas, y quedan pequeños a los túneles de la M30. La recorres a oscuras, tan solo con la luz de la linterna por lo que no pudimos sacar fotos del interior, excepto cuando salimos del bote en un lugar donde han instalado un generador para contemplar las increíbles estalactitas, estalagmitas y columnas que se han formado con el goteo del agua y que junto a la iluminación de colores hacen que parezca un planeta extraterrestre sacado de la mismísima Alien. Impresionante, nos encanto la cueva, es asombroso el poder que tiene el agua.
Volvimos a Khoun Kham y a la mañana siguiente emprendimos el regreso a Thakek por la ruta 13 hacia el sur,con la intención de ver el lago, pero fué completamente imposible llegar hasta alli en moto, ya que los caminos eran terribles, asique nos fuimos a ver la última cueva que nos quedaba, la llamada Tham Pha Pa o Buddah Cave. Se trata de una cueva que descubrió en el 2004 un lugareño en busca de murcielagos para comer, y que trepando se metió por un pequeño hueco donde descubrió mas de 200 imagenes de Buda en bronce, que al parecer llebaban mas de 600 años alli, convirtiendo la cueva en un lugar supersagrado donde no nos premitieron sacar fotos, y convirtiendose él en un heroe local. Ademas el entorno de la ueva es precioso.
Con esto completamos el sufrido loop durante mas de 550 km, y que nos dejo un dolor de culo que nos duraría unos cuantos días.