sábado, 27 de noviembre de 2010

VIENTIANE, LA CIUDAD SIEMPRE DUERME


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Hay quién dice que para conocer un país es fundamental conocer su capital, pero con la globalización esta premisa ha dejado de ser verdad, ya que las grandes capitales tienden a ser todas iguales, con sus macdonalds, zara, h&m, etc., pero eso aún no ha llegado a Laos.

Vientiane refleja absolutamente el espíritu de vida laosiano, una ciudad que parece un pueblo grande, tranquilísima, que parece dormida, con poco tráfico, poca gente por la calle (algo extremadamente raro en Asia), sin franquicias, sin edificios de oficinas, ¡sin coca cola!…es la capital de un país socialista de verdad,, donde la gente vive con poco y sin necesidad de tener mas dentro de un ambiente rural y prácticamente virgen, y donde se vive muy muy tranquilo, quizá desesperadamente tranquilo para los que venimos de fuera, pero lo que ha hecho que este país se haya convertido en nuestro favorito del sudeste asiático.



Llegamos a Vientiane en luna llena, coincidiendo con el último día de celebración del festival Bun Pha That Luang, así que dejamos las mochilas y nos fuimos para allá. Es una fiesta dentro de un marco religioso donde laosianos llegados de diferentes puntos del país, hacen ofrendas a Buddah en la estupa mas importante de Laos, que da también el nombre al festival. Sin embargo de religioso tiene poco y el festival es una feria igual que las que vemos en España, con tómbolas, atracciones, conciertos y por supuesto un gigantesco mercadillo, como no.






La ciudad en si no tiene mucho que ver y casi nada mas que hacer aparte de pasear por sus calles contemplando sus destartalados edificios coloniales franceses y templos budistas o tomar algo en sus cafeterías o en los puestos a orillas del río.





Lo que si nos gustó fue el Xieng Khuang o Buddha Park, situado unos 25 km al sur de la capital. Se trata de la obra de un excéntrico escultor, Bunleua Sulilat, que ha mezclado a su antojo representaciones de Buddha y otros iconos Hindúes como Shiva o Vishnu. El parque es pequeñito pero bastante curioso y merece la pena una visita, mas todavía viendo lo poco que se puede hacer en la capital.





Con esto ponemos fin a nuestro recorrido por el sur del país y nos dirigimos al norte a pasar un par de semanas mas hasta que se nos acabe el visado el día 5 de diciembre, cuando volveremos a Tailandia para poner rumbo a Bangkok, donde el 10 de diciembre cogeremos nuestro vuelo de regreso a Madrid, Un abrazo a todos.

viernes, 26 de noviembre de 2010

THE LOOP


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Llegamos a Thakek el día de mi cumpleaños después de nueve horas de autobús, reventados y con la idea de cenar tranquilamente e irnos a dormir, pero durante la cena apareció un vietnamita llamado Mr Juhm o algo parecido, y comenzó a retarnos a beber cervezas. Las bebía con dos hielos y un chorro de coca cola y llevaba un pedo de escándalo. Al final se unieron a nuestra mesa cuatro chavales franceses y acabamos, como no, cerrando el garito. Cuando llegamos al hotel escuchábamos a todo volumen la música del karaoke situado justo al lado, asíque, nos unimos a la fiesta hasta que también lo cerramos y al final nos acostamos a las tantas después de una noche muy divertida.

Thakek es una ciudad que no tiene mucho que ver pero que es muy agradable, situada a orillas del Mekong, que hace de frontera natural con Tailandia, y fue el punto de partida de nuestra siguiente ruta en moto después de la buena experiencia que tuvimos en Bolaven.




The Loop es una ruta que recorre la provincia de Khammouane y que tiene como mayor atractivo recorrer los fantásticos paisajes karsticos y las grutas que durante miles de años ha ido formando el agua. Esta vez alquilamos dos motos chinas, y joder como nos arrepentimos. Ni punto de comparación con las Honda Wave de Bolaven, con menos estabilidad, nos falló la batería y nos dieron muchísimos problemas.




Comenzamos nuestra aventura atravesando la ruta 12 hacia el este. Durante los primeros 30 km visitamos varias cuevas y un lago donde conocimos a dos chavales, un alemán y otro uruguayo que se convirtieron en nuestro compañeros de etapa. Hubo cuevas que nos parecieron muy normalitas y otras fantásticas, incluso en una de ellas, en las que corría agua, pudimos bañarnos dentro de la gruta a nuestro aire, y os aseguro que fue una sensación fantástica.




Tras la visita a las cuevas nos fuimos a comer a la curiosa aldea de Mahaxai, donde causamos bastante revuelo cuando aparecimos, pues todo el mundo quería ver a los “falangs”. Comimos en un autentico restaurante lao, con las manos, unas riquísimas costillas con arroz y verdura.





Hasta aquí fue lo divertido del día y luego comenzó la aventura. Nos dirigimos hacia el norte por la ruta 8B con intención de llegar a Nakai antes de que anocheciera para pernoctar allí, pero al llegar nos indicaron mal y acabamos pasándonos la ciudad. Se nos hizo de noche justo cuando comenzó la carretera mala, sin asfaltar, con unos baches que ocupaban media calzada y llena de piedras. Llegamos a una aldea pensando que era Nakai y nos informaron que allí no había ningún guesthouse y que debíamos continuar hasta Thalang, otros 20 km. Ahí empezó nuestro sufrimiento ya que 20 km por esa carretera de noche se hacen larguísimos y mas cuando la batería de mi moto se termino y me quede sin luces, solo alumbrados por la moto de Aitzi y con miles, o creo que millones de mosquitos que se nos metían en los ojos, boca, etc y que nos lo hicieron aun mas difícil. Tardamos mas de una hora en llegar al guesthouse, justo cuando a Aitzi se le termino la batería también. ¡Malditas motos chinas! Unos kilómetros mas y hubiésemos acabado nuestra etapa andando. Allí también conocimos a Estefan, otro chico francés (y es que Francia entera debe estar en Laos ahora mismo, creo que sería un momento perfecto para invadirles) con el que volveríamos a cruzar nuestro camino en Vientiane.

Comenzamos la segunda etapa recorriendo los 56 km restantes de la horrible ruta 8B hasta llegar a Lak Sao, en lo cual empleamos al menos dos horas y media. Los paisajes inundados del principio de la etapa eran preciosos, pero pronto nuestro culo empezó a sufrir una de las peores carreteras que hemos visto jamás. Desde Lak Sao nos encaminamos hacia el oeste hasta llegar a Khoun Kham en el que probablemente sea el tramo mas entretenido de conducir, con unos paisajes preciosos y un montón de curvas.




Nos detuvimos en Tha Bak para contemplar los curiosos barcos que los lugareños se han fabricado con las carcasas de los misiles con los que los bombardearon en la guerra para navegar por el río, y un rato después estábamos bebiéndonos una Beerlao bien fría acompañando un bistec con patatas en Khuon Kham.



El tercer día hicimos los 40 km que nos separaban de la asombrosa cueva de Kong Lo, una gruta que atraviesa una montaña durante nada menos que 7km y que se puede recorrer en barco. Las cavernas creadas por el agua a su paso son gigantescas, y quedan pequeños a los túneles de la M30. La recorres a oscuras, tan solo con la luz de la linterna por lo que no pudimos sacar fotos del interior, excepto cuando salimos del bote en un lugar donde han instalado un generador para contemplar las increíbles estalactitas, estalagmitas y columnas que se han formado con el goteo del agua y que junto a la iluminación de colores hacen que parezca un planeta extraterrestre sacado de la mismísima Alien. Impresionante, nos encanto la cueva, es asombroso el poder que tiene el agua.





Volvimos a Khoun Kham y a la mañana siguiente emprendimos el regreso a Thakek por la ruta 13 hacia el sur,con la intención de ver el lago, pero fué completamente imposible llegar hasta alli en moto, ya que los caminos eran terribles, asique nos fuimos a ver la última cueva que nos quedaba, la llamada Tham Pha Pa o Buddah Cave. Se trata de una cueva que descubrió en el 2004 un lugareño en busca de murcielagos para comer, y que trepando se metió por un pequeño hueco donde descubrió mas de 200 imagenes de Buda en bronce, que al parecer llebaban mas de 600 años alli, convirtiendo la cueva en un lugar supersagrado donde no nos premitieron sacar fotos, y convirtiendose él en un heroe local. Ademas el entorno de la ueva es precioso.






Con esto completamos el sufrido loop durante mas de 550 km, y que nos dejo un dolor de culo que nos duraría unos cuantos días.

sábado, 20 de noviembre de 2010

BOLAVEN PLATEAU, CAZADORES DE CATARATAS


View ลาวใต้ ปากเซ หลี่ผี คอนพะเพ็ง Pakse LeePhee Khone Pha Pheng in a larger map

Pocas cosas son tan reconfortantes como explorar un país completamente a tu aire, y una gran forma de hacerlo es sin duda, recorrerlo en moto, parando donde te plazca y configurando tu propio itinerario, así que alquilamos dos maravillosas Honda Wave en Pakse, y pese a que Aitzi nunca había conducido una moto y yo nunca una de marchas, se nos dio a la perfección y pasamos cuatro geniales días en uno de los lugares mas bonitos que hemos visitado hasta el momento, la meseta de Bolaven.

La primera etapa la hicimos casi de tirón hasta Tat Lo, una pequeña aldea a orillas del río donde existen tres cataratas. La mas pequeña la veíamos incluso desde nuestro guesthouse y menos de un kilómetro mas arriba se encuentra otra mas grande. Además pudimos darnos un chapuzón en el río antes de irnos a comer. 






Mas tarde nos fuimos a la tercera cascada, mucho mas alta que se encontraba a unos 10 km de distancia. Aparcamos en una aldea increíble, donde un montón de crios vinieron enseguida a ofrecerse como guías a cambio de algo de dinero. Aceptamos y fuimos con ellos caminando por las rocas a través del río. Es impresionante como saltan y se suben en un santiamén a cualquier punto. Eran una pandilla grande, todos armados con sus tirachinas con los que se dedican a cazar pájaros y hacer la rana en el agua, además de tener sembrado el río con hilos y anzuelos con los que pescan pequeños peces. Definitivamente ese era su río y me dieron una sana envidia ya que cualquier niño de nuestra época hubiese sido increíblemente feliz haciendo suyo un sitio como este, plagado de pozas, rocas y coronado por una catarata impresionante. Simplemente, el paseo se salió.








A la mañana siguiente pusimos rumbo a Sekong y de camino decidimos parar en otra aldea y meternos hasta la cocina, de la mano de un lugarenho que hablaba mas o menos ingles. Sinceramente es increíble como vive la gente aquí. Los habitantes de esta aldea Katu no hablan laosiano y toda su vida está condicionada por los espíritus, que son fundamentales en sus creencias. Vimos ataúdes con forma de búfalo hechos de una sola pieza de un tronco, que pasan varios días al descubierto antes de ser enterrados para ahuyentar los malos espíritus del cuerpo. Del mismo modo que para la muerte se considera para el nacimiento, ya que las madres con sus recién nacidos pasan varios días en la calle tras el parto para que los malos espíritus no entren en casa. También se hacen sacrificios de gallos para mantener a los buenos dentro de los hogares, cuanto mas grande o mejor es la casa, mas gallos se sacrifican.




También vimos como tejen a mano las aldeanas, ayudándose de un montón de palos de bambú y de los pies, mientras fuman hojas de tabaco en unas pipas de agua. Toda la gente en la aldea fuma de estas pipas.



Todo esto contesta enormemente con ver al lado de cada casa una antena parabólica, y es que el primer capricho que se pegan cuando tienen algo de dinero gracias a la venta del café, es ponerse TV por satélite. Alucinante, y mas cuando veías el viejo colegio destartalado unos metros mas alla.



Pasamos de largo Sekong y fuimos directamente a las cascadas de alrededor. Es una pasada poder bañarte debajo de ellas sin nadie a tu alrededor, en un lugar que si estuviera en España estaría atiborrado de gente, y probablemente prohibido bañarse para que no se deteriorase. Seguimos unos kilómetros mas y llegamos unas cataratas de mas de 100 m de largo, que son famosas porque los vietnamitas arrojaban los cuerpos de los presos laosianos durante la guerra de Indochina. Se nos hizo tarde y pasamos allí la noche unos bungalows.





La tercera etapa nos llevó hasta Pakxong por una carretera sin asfaltar por medio de la jungla y repleta de aldeas a cada cual mas curiosa, y como no, también de cataratas. Las dos que vimos eran gigantescas. En la primera estuvimos arriba justo en el borde, y la siguiente, Nam Tok  Katamtok, es la mayor de todo Laos. Increíble como cae el chorro de agua mas de 120 m en medio de un gigantesco barranco. La jungla parece haberse suspendido en el cielo y caer a la nada.

Terminar la etapa por un camino de cabras fue lo peor, y llegamos cansadísimos a Pakxong.






El ultimo día ya de camino de vuelta a Pakse, visitamos otras dos cataratas entre las plantaciones de café. La primera era Tat Yuang, y es bastante turística. No es para menos porque el lugar es acojonante pero verlo alrededor de gente no es lo mismo que estar tu solo como en días anteriores. De allí fuimos a otra de las grandes atracciones de la meseta de Bolaven, Tat Fan, dos enormes cataratas de mas de 100 m de altura que caen al mismo precipicio. De nuevo la naturaleza nos dejaba una imagen para el recuerdo.




Bajamos por nuestra cuenta a través de un sendero hasta el borde de una de las cataratas, y justo allí, 100 m mas atrás, nos encontramos con otra cascada de 8 o 9 m con una poza abajo fantástica, asíque tocó otro chapuzón.


Después camino de regreso a Pakse y a continuar hacia el norte de Laos en bus, que con que sea parecido a lo que hemos visto aquí, nos dejará mas que satisfechos.